martes, 22 de septiembre de 2015

inseparables

Hace mucho tiempo existía una tribu que comenzó con la ciencia de la escritura, una de las primeras palabras fue la de inseparables, generada como un rostro de un hombre y a su lado una mujer tomando de sus manos, con el paso del tiempo esta figura comenzó a tomar fuerza y quedó como una palabra definitiva, ya que juntos ya sea en pareja, familia o comunidad las personas podían estar juntas si existía los lazos necesarios, sin estar incorrompidos por sentimientos del ego. Comenzaron a crearse más palabras escritas, Hogar, Verdad, Libertad, Sabiduría, Soberanía, Hijos, Abuelos, Padres, Hermanos y Amigos. Todos relacionados con la palabra inseparables. Este pueblo era único estaba aislado, no estaba corrompido por guerras solamente se dedicaba a la recolección y la agricultura, criando gallinas, algunos cerdos y tenían unas chacras en donde la diversidad de plantas otorgaban un sin fin de variados alimentos durante todo el año.
Todo iba bien, creaban cada día más palabras para que las futuras generaciones pudieran transmitir este conocimiento, hasta que ocurrió algo inesperado, no fueron las guerras, enfermedades ni traiciones, fue algo más simple. Al hombre que inventó la escritura de la palabra inseparable por decisión del transcurso de la vida, extinguió la llama de su pareja y desapareció del mundo. Este hombre no lo podía creer, su palabra era finita, la eternidad del significado se había acabado, y se dio cuenta que todo podía ser finito, la palabra inseparable ya no podía durar para siempre ya que no podían volver a estar juntos. Quién fue el osado de llevarse la vida de mi mujer, exclamó el hombre a todo el pueblo, comenzó a crear armas para ir a reclamar la vida de su esposa a los malditos Dioses que le habían arrebatado el amor, a la mañana partiría un grupo a clamar esa alma tan extrañada, pero un viejo sabio se acercó al hombre y le dijo: Hijo, tienes que comprender algo, la vida es efímera, no estarás luchando siempre contra los Dioses, quizás esta batalla la ganes, pero con tu deseo perderás la vida de algunos de tus amigos, tus compañeros, esta lucha es muy terrible y los Dioses son muy fuertes, no saldrás ileso de esta batalla, imagina que la recuperas, luego cuando llegues a mi edad la perderás de nuevo y nuevamente ya sin fuerzas tendrás que luchar contra los Dioses nuevamente obligando a los más jóvenes a morir por tu amor, nuestro pueblo se extinguirá, ya que cada vez que muera un amor tendremos que ir a reclamarlo.
- Entonces que tengo que hacer viejo anciano, he comprendido pero estoy dispuesto a ir solo para reclamar la vida de mi mujer para poder estar con ella un tiempo más.
- Los Dioses te rechazarán tu petición, ella ya se fue, tienes que dejarla ir, así es el amor, tener la capacidad de dejar ser libre a tu pareja y no tener posesión de ella, mírame a mi, solo todos estos años, mi mujer se fue y me dejó solo, pero aveces me la encuentro en sueños y puedo recordarla.
Terminada la conversación el hombre dejó las armas, todos sus compañeros lo apoyaron en su decisión de dejar el levantamiento contra los Dioses. Lo único que pudo hacer fue darse cuenta que la muerte era parte de la vida, y cada ves que pueda hacer lo inseparable infinito, en el período de vida que dure el momento.

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