domingo, 23 de febrero de 2014

“El diario de mis sueños N°12”

— 29/01/2014 Estaba en un hotel de México, me despierto sin abrir los ojos y comienzo una pequeña meditación, me desdoblo, pero existía mucha distorsión, al salirme habían muchísimas copias de mi cuerpo, estos estaban suspendidos inmovilizados en el cuarto, yo era uno de los tres o cuatro cuerpos suspendidos en el aire, intento unir a todos los cuerpos en uno solo, pero siento una molestia, quizás dolor, me comunico con los otros cuerpos suspendidos y les digo que no pongan resistencia ya que es para el beneficio de todos, ese mensaje fue por telepatía, tomo de las manos a uno de los cuerpos suspendidos, al más completo y sin dolor ni molestias comienza una lucha con mi otro yo, era una competencia de quien era el que absorbía al otro, en ese instante comencé a tener miedo, ya que él me podía ganar, de pronto veo que los brazos y las manos de ambos comienzan a vibrar de una forma bien particular, como si fuese agua, por fortuna yo logro absorber al cuerpo más completo que estaba suspendido en el aire, en ese instante automáticamente los cuerpos menos completos míos se fusionan conmigo, en ese segundo tengo una lucidez increíble, parecía como si estuviese en el físico, me volteo y veo el cuerpo mío acostado en la habitación, al igual que el cuerpo de mi hermana durmiendo en una cama aledaña a la mía, voy a la puerta del cuarto y la abro, en ese instante, siento algo increíble, siento la humedad del lugar, todo era muy real, doblo a la derecha del pasillo y me teletransporto a un living del hotel, en ese segundo, sin ninguna explicación comienzo a desordenar las sillas del lugar, creía que al despertar podría ver las sillas desordenadas, pero esto no fue así. Despierto y eran las 3:32

El diario de mis sueños N°11

28/01/14 estaba en mis modestas vacaciones en un hotel de México Cancún, después de un agotador viaje dormía en mi cuarto, luego de un sueño, me despertaba en la cama de esta habitación, comencé a escuchar unas voces una de un hombre y otra persona que no recuerdo si era hombre o mujer, estas voces me decían que no lo lograría, que no podría desdoblarme, sin tomarlos en cuenta me levanto y logro salir de mi cuerpo encontrándome a los pies de mi cama, estas voces me vuelven a hablar diciéndome que volteé para verme dormido, lo hago y efectivamente me veo durmiendo, también veo a mi hermana durmiendo en la otra cama junto a la mía, me dirijo a la ventana y la traspaso saliéndome del hotel, comienzo a volar suavemente hasta llegar a una gran altura, el lugar se veía devastado, era como si hubiese pasado un huracán, seguidamente, me adentro a la selva y el viaje astral comienza a transformarse en un vulgar sueño, viajando por la selva veo algunas imágenes de jirafas y jaguares, luego, al llegar a un cerro todo el escenario se voltea, cayendo a un lugar más pequeño, en ese lugar diminuto no podía moverme bien, pero logro avanzar, al voltearme veo mis huellas en la arena, después, me introduzco en una casa, veo a una niña con la intención de asustarme, pero yo no le tomé importancia, ella se acerca donde un bebé, le comienza a hablar en el oído y los dos transformaron sus rostros normales a unos diabólicos, yo no les temía para nada y los quedé mirando sin entender lo que intentaban hacer.

“El diario de mis sueños N°10”

— 2/12/11 Soñaba que daba un gran salto en un sueño normal, no recuerdo que soñaba, pero si me acordaba de lo del gran salto, este salto podría describirlo como si fuese de cien metros de altura a una velocidad de unos ochenta kilómetros por hora, este brinco me provocó que me despertara en mi pieza, en mi pensión de Valparaíso, en ese momento no me podía mover, estaba paralizado, luego, logro mover un poco mi alma y logré viajar un instante. En ese momento, recuerdo la preocupación de un amigo, este me había contado que él creía que estaba endemoniado, tenía algo parecido a magia negra por haber echo tantas maldades, yo le prometí que algún día me desdoblaría iría a su pieza y vería si efectivamente estaba embrujado con demonios, así que subo las escaleras de mi pensión y voy a la pieza de él, ya que vivimos en la misma pensión y somos compañeros de universidad, así que subo las escaleras y estaba otro amigo de universidad sentado en el comedor, yo sabía que esta imagen de mi amigo realmente no era mi amigo, sino solo un recuerdo que se proyectaba en el astral, sigo caminando y veo a una universitaria que no conocía, pero también estaba estudiando, los saludo y sigo subiendo las escalera hasta llegar a la pieza de mi amigo, entro a su pieza y lo veo estudiando acostado en su cama, lo saludo y comienzo a revisar su cuarto, estaba todo en normalidad con la excepción que tenía la cama llena de peluches, luego reviso bajo su cama y habían como juguetes malévolos dando vueltas, eran pequeños pero con una apariencia muy misteriosa y algo diabólica. En ese momento que vi a los juguetes pequeños, me dio miedo que me apareciera otro demonio más grande, así que vuelvo a mi pieza ya que había cumplido con mi objetivo, bajo las escaleras, el comedor y llego a mi habitación, cierro la puerta, al acostarme en mi cama siento que me tocan la puerta, sufro tanto miedo que ni siquiera quiero abrir, me quedo tumbado en mi cama hasta quedarme nuevamente dormido. PD: después de tanto tiempo pasado, ya que esta experiencia la tuve el 2011, puedo sacar algunas conclusiones, después de tener esta experiencia se la cuento a mi amigo (ese mismo día), él queda aliviado y sorprendido, porque él siempre había pensado cuando chico que existían monstruos bajo su cama y quedó aliviado porque no estaba embrujado como él creía.